La intolerancia del saber de que dicha la despedida, no podré oír tu respiración al menos una vez más, de que vas a acostarte y, solo tal vez mi nombre surgirá en tus sueños como el tuyo se repetirá en los míos, confió en que mañana todo sea igual y que acostada en el angosto camino de tu vida puedas tropezarte con migo, por que duele la ignorancia del no saber que estás de mi a un paso o que estás de mi por de paso. No podré evitar pensar en tus cálidas miradas que me decían que siempre iban a estar, en tus besos que me exigían un amor sin límite; pero bueno, la vida no es un sueño, y aunque es hermoso engañarse y cometer el mismo error, una y otra y tal vez otra vez, esta vez no será así. Dudo poder despertar en la realidad que dormía tirada en un rincón soñando con nunca despertar; parte de mí quiere despertarla pero teme caer en la fría decepción. Mi viaje empezó hace demasiado, mi vida era regular pero era vida. Ahora vivo de sueño en sueño, de calle en calle. No puedo vivir el mundo sin pensar en viajar otra vez. Para poder descubrir lo que tanto anhelo, pero mi ignorancia siempre me ganó, la revancha y el amor en mí solo me engañó, aunque no sé lo que busco, se como es, como huele, como besa; tal vez tú seas un sueño ajeno, tal vez me cambiaste y nunca pudimos bailar hasta transportarnos a ese plano de amor que tanto quisimos. La soberbia me acosa cuando sueño contigo, esa que me grita de lejos como pude dejarte huír de mi sueño. A veces pienso antes de abrir los ojos, ¿Lo encontraré a mi lado ahora? Pero ahí es cuando despierto y la decepción me apuñala de frente. No quiero decir con esto que debas volver, tampoco que te sientas mal. A veces uno se siente mejor cuando abre su corazón, cuando esas mariposas tienen su tan cara libertad, como el silencio bajo la amenaza, el valor frente al miedo. Solo quería decirte que siempre serás lo que tanto anhelo, lo que siempre buscare, siempre serás mi primer amor.